Mesage from the Bishop

Mensaje del Obispo

“Huyamos de aquí. Puedes huir en espíritu, aunque sigas atrapado en tu cuerpo; puedes seguir presente aquí, y estar, al mismo tiempo junto al Señor, si tu alma se adhiere a Él, si andas con tu pensamiento tras sus huellas, si sigues sus caminos con fe y no solo de apariencia, si te refugias en El, ya que Él es refugio y fortaleza, como dice David: A ti, Señor, me acojo, no quede yo derrotado para siempre.” (Del Tratado de San Ambrosio, Obispo, sobre la huida del Mundo)
Mí querido pueblo de Dios,
Nos encontramos en tiempos difíciles y caóticos. Todo el mundo está impactado por un adversario amenazante: el virus. El Coronavirus está teniendo un efecto sin precedentes en la Sociedad global. La vida diaria: salud, trabajo, entretenimChua Nhat 17 Thuong Nien C27 2iento, deportes y eventos culturales, economía y la política han sido “paralizados,” por todo el mundo, incluyendo el área del Culto.
A la misma vez, se nos presenta un examen de la realidad: ¿“Que ha tomado prioridad en nuestras vidas?” Muchas cosas han estado consumiendo nuestras vidas y nos ha distraído del amor de Dios: entretenimientos, deportes profesionales, la política, nuestras vidas y profesiones ocupadas, nuestros placeres personales y nuestro bien material, la economía, vacaciones y viajes, etc. ¡Para muchos en este tiempo y época esas cosas se han convertido en ídolos!
Este tiempo de aflicción se ha convertido también en un tiempo de gracia para nosotros, en “auxilio” contra estas distracciones y de sentir sed del “Agua Viva” de la vida: Jesús. Debemos poner las cosas en su correcta perspectiva. Dios debe ser el primero en nuestras vidas y debemos amar a los demás como a nosotros mismos. Debemos decir “No” al pecado y vivir el Evangelio. Al iniciar la Cuaresma, se nos recordó: “Ahora es el tiempo aceptable. Ahora es el día de la salvación.”
En este tiempo de Cuaresma se siente una inquietud global. En varias áreas de la vida el pánico y el miedo han ido incrementado; pero no debemos tener miedo, Dios está en control. Al “rezar” por una cura; por los afligidos, y por los que han muerto debemos estar firmes en la fe y la esperanza. Al poner nuestra confianza en Cristo, debemos también poner en acción las medidas de precaución y directivas que se nos han mandado.
Que este sea un tiempo oportuno de consolación para las familias, y de dar la bienvenida a más tiempo familiar y a la oración en familia. Este tiempo de gracia nos puede mover hacia un espíritu de “dar limosna” de ayudar a los ancianos y a nuestros vecinos que pueden estar necesitados debido a inquietudes de restricciones de cuarentena. Seamos instrumentos de calma, colaboración y apoyo. Utilicemos nuestro sentido común y de oración en este tiempo.
En medio de todo, estamos llamados a estar atentos, a ser responsables y caritativos unos con otros al adaptarnos a las directivas y precauciones dadas para combatir el virus. La cooperación es de suma importancia. En nuestra Diócesis de Stockton, pido que tengamos presente en nuestras oraciones esta seria situación. Junto con la oración, incrementemos nuestros actos de penitencia y Obras de Misericordia en este Tiempo Santo.
Que la oración de la Divina Misericordia y el Rosario se conviertan en parte de nuestra devoción diaria, especialmente en las Familias. Que los Niños Pastores de Fátima, Santa Jacinta Marto, y su hermano, San Francisco, intercedan por nosotros. Las familias de estos niños y la comunidad fueron víctimas de la epidemia Española de la Gripa de 1918 junto con millones, incluyendo a Francisco. Que él y Jacinta intercedan por nosotros en estos tiempos difíciles.
“Señor, nos llamas a tu servicio, continua tu trabajo de salvación en nosotros. Que tu amor nunca nos abandone.”
Nuestra Señora de Fátima, Salud de los Enfermos, ora por nosotros.
En la Paz de Cristo, Obispo Cotta

Auxiliarysacramentobishopmyroncotta

Coronilla de la Divina Misericordia (cantada)